Ahora que has rellenado tu inscripción, ¿qué te parece conectar con personas de tu misma fe? En WhatsApp, también compartimos una bendición diaria de la aplicación de la Biblia Sagrada.

¡Estar entre personas con la misma fe es poderoso! Te ayuda a no rendirte nunca, porque todos los que te rodean también saben que no es una opción. Todo el mundo tiene en cuenta que Dios hace que todo ocurra en el momento adecuado.

Fuera de los círculos de la Iglesia, no es raro que nos encontremos entre la piedra y la dureza en las discusiones que nos llevan a hablar o defender nuestra fe. Gran parte de nuestras justificaciones y razones para evangelizar o pedir perdón provienen de la teología, la filosofía o, en el mejor de los casos, de una historia vivida por otra persona.

Nuestra intención siempre ha sido ofrecer herramientas que nos permitan vivir nuestra fe con la mayor naturalidad posible. Por eso, estar en un círculo de personas que comparten la misma fe te aligera los días.

Un evangelizador es un traductor. Jesús explicó los grandes misterios de la fe con ideas muy sencillas que expresó en forma de parábolas. La Iglesia nos enseña cosas grandes y maravillosas, pero a veces hace falta un máster en filosofía para entenderlas. Trata de entenderlos y luego intenta explicarlos con palabras sencillas para que tus amigos quieran saber más. O simplemente, ¡habla con gente que también quiera saber más sobre la aplicación de la Biblia!

Santa Teresa de Ávila, exasperada por las dificultades de la vida, había dicho a Dios: "Si así tratas a tus amigos, ¡no me extraña que tengas tan pocos! ". La fe no tiene por qué ser algo serio o terrible. Dios no es una persona sin sentido del humor. Con humor, hasta las rodillas más duras y resistentes acaban por doblarse.

Por supuesto, decir que Dios existe porque lo sentimos en nuestro corazón puede hacer sonreír a la gente, pero tenemos que admitir: Dios ha hecho algo en nuestras vidas, los demás deben saberlo, ¡eso es indiscutible!

Nadie puede negar lo que nos pasó. Al contar nuestra historia, tratemos de respetar el ABC del testigo perfecto: ser juguetón; ser breve; ser "cristocéntrico". Desterrar las historias aburridas y largas que sólo hablan de nosotros. Medita y organiza tu testimonio.

Tener un grupo con el que hablar de tu fe es siempre una forma de estar en paz cada día, sabiendo que tu gratitud a Dios invade también otros corazones. Únete al Grupo de WhatsApp y comparte tus bendiciones con quienes también siguen el mismo pensamiento que tú.

¡Busca las "semillas de Dios"! Dios está siempre presente y está en todas partes, por lo que su verdad está también ahí, en el corazón de tu interlocutor, aunque no sea creyente. Dios ha sembrado, busca sus semillas, búscalas detrás de su incredulidad y hostilidad, escondidas en su corazón lleno de argumentos racionales y lógicos.

Una gran proporción de incrédulos simplemente no creen porque la barrera moral es tan alta que se sienten incapaces o no quieren cruzarla, para aspirar a esta forma de vida. La existencia de Dios es sobre todo amor, no una ley. Muestra al Dios del Amor, no al Dios de las Leyes.

Por eso, cuando te encuentras en un entorno en el que todos creen en Dios y en su Palabra, igual que tú, los días parecen más ligeros y sabes que puedes compartir tus historias sin ningún tipo de miedo.

¡Vive tu fe cada día! Nuestro argumento más convincente es creer con convicción. Convencidos hasta el punto de buscar vivir día a día lo que decimos creer.

Es porque Abraham creyó en las palabras de Dios que se convirtió en amigo de Dios. ¡Qué privilegio! Pero en realidad es una elección. Podemos tomar la decisión de convertirnos en amigos de Dios. ¡Dios quiere ser tu amigo! Debes aceptar la Palabra de Dios como la autoridad suprema que dirige tu vida. Será la Palabra de Dios la que te dirija, no importa lo que diga la gente, tú elegirás CREER en Su Palabra.

¿Y qué tal si tienes amigos a tu alrededor que puedan compartir las mismas ideas? ¡Únete al Grupo de WhatsApp a través de la aplicación de la Biblia y siéntete parte de los lazos de una gran fe!