En las prisas de la mañana, a menudo es difícil encontrar un momento para dedicar a Dios. Sin embargo, confiar tu día al Señor te permite vivirlo de manera diferente. Pon el despertador unos minutos antes para poder rezar en el silencio de una casa que aún duerme. La oración diaria es importante, especialmente por la mañana. Practicarlo cada día puede dar nueva vida a nuestra alma. 

Oración del día

Querido Padre Celestial, gracias por darme este día.

Como dicen las escrituras, este es el día que el Señor creó,

y me alegraré y me regocijaré en él,

Pongo este día en tus manos, Padre,

Me alegraré,

y hoy seré feliz,

Porque tu gracia, tu paz y, las bendiciones de protección que ofreces están conmigo, para siempre,

Padre, estoy de acuerdo con tu palabra, que dice que la bondad y la misericordia estarán siempre conmigo.

Pido la bendición de Cristo en mi vida hoy,

en mi espíritu, en mi alma y en mi cuerpo,

Pido que la sangre de Jesús esté presente en toda mi vida,

Vuelvo a poner en tus manos todo lo que me pueda molestar,

Pongo en tus manos mis miedos, mis angustias y mis preocupaciones,

Hoy es otro día.

Mensaje y enseñanza del día

Encuentra tu razón. Las razones para rezar son mucho más importantes que las palabras pronunciadas. El motivo es el por qué oculto tras el qué. Tener un corazón puro que ama a Dios y a los demás es siempre agradable al Señor. Pero rezar por egoísmo, venganza, manipulación, necesidad de control, celos, orgullo y deseo de ganar la lotería es inapropiado. 

De hecho, cualquier motivación que dependa del egoísmo es mala. Se le pregunta a un niño si reza todas las noches. Tras pensarlo un poco, responde: "No, algunas noches no necesito nada". ¿Te acuerdas de alguien? La primera y principal razón para rezar es desarrollar una relación íntima con Dios. 

¿Cuánto duraría un matrimonio si sólo volviéramos a casa cuando necesitáramos ropa limpia, una buena comida y un pequeño abrazo? No es muy largo, ¿verdad? Lo mismo ocurre con la oración. Jesús dijo: "Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis y se os hará" (Jn 15,7) Cuando nos centramos en permanecer en Cristo, obtendremos respuesta a nuestras peticiones. 

Si pides y no recibes, es porque pides mal, para gastar todo por tus pasiones. El hombre es profundamente egoísta. Por eso, uno debe purificar regularmente su corazón y examinar cuidadosamente sus motivos, sus razones. Puede ser doloroso al principio, pero hay que hacerlo para que nuestras oraciones sean respondidas.