La oración es y siempre será una conversación dinámica con Dios. Cuando nos damos cuenta de esto, el Padre Nuestro se convierte en un marco liberador para conversar con Dios cada día.

Oración del día

Señor, no sé lo que Tú sabes. Veo el mundo y mi propia vida con ojos muy humanos y echo de menos una perspectiva más amplia. Pero Tú ves todas las cosas y conoces Tu propósito final. Guía mis pasos, mis pensamientos, mis decisiones y mi vida para que todo apunte a Ti y a Tu plan. 

Que no tenga miedo de tomar una decisión, porque sé que si no es Tu voluntad, puedo confiar en que Tú dirás la verdad en mi vida y me guiarás de nuevo por el camino. Guíame hoy y cada día Señor, ayudándome a recordar con cada respiración que mi trabajo es alinearme contigo.

Amén.

Pensamiento y mensaje del día

Antes de empezar a rezar, te aconsejo que alabes y des gloria a Dios. Puedes adorar a Dios durante al menos 30 minutos o escuchar/cantar alabanzas durante al menos media hora antes de empezar a rezar. Da gloria a Dios por lo que es para ti y por lo que ya ha hecho en tu vida. Recuerda todas las veces que te ha librado de situaciones difíciles, todas las veces que ha salvado a tus familiares y todas las veces que te ha consolado cuando te has sentido solo y atribulado.

Desecha las mentiras de tu vida, porque Dios está presente incluso en los momentos difíciles. Está más cerca de lo que pensamos y no es por casualidad que usted haya dado con esta página.

Salmo 91: El que permanece al amparo del Altísimo descansa a la sombra del Todopoderoso.

Digo al Señor: ¡mi refugio y mi fortaleza, mi Dios en quien confío!

Porque es él quien te libra de la red del cazador, de la peste y de sus estragos. Con sus plumas te cubrirá, y bajo sus alas encontrarás refugio; su fidelidad es un escudo.

No temerás los terrores de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni el enemigo que camina en la oscuridad, ni el que ataca en el día claro.

Caigan mil a tu lado, y diez mil a tu derecha; no serás golpeado; sólo con tus ojos mirarás, y verás la retribución de los impíos. Porque tú eres mi refugio, Señor. Haces del Altísimo tu refugio.

No te ocurrirá ninguna desgracia, ninguna plaga se acercará a tu tienda. Porque ordenará a sus ángeles que te guarden en todos los caminos; te llevarán en sus manos, para que tu pie no tropiece con alguna piedra.