A oración diaria trae el mensaje de que debes concentrarte en tu trabajo. Entonces, lee con calma la siguiente oración y comienza tu dÃa con las enseñanzas y un mensaje Divino, transformando tu rutina a partir de las palabras y el poder del pensamiento en Dios.
Oración del dÃa
Señor, te ofrezco en este dÃa de trabajo, que tu EspÃritu Santo manifieste en mà y a mi alrededor un espÃritu de Paz y AlegrÃa, que me dé SabidurÃa y Fuerza, para lanzar una mirada de Amor sobre mi trabajo, para desarrollar en mà la paciencia, la comprensión, la mansedumbre y la disponibilidad, para ver más allá de las apariencias, a tus hijos, como tú mismo los ves.
Señor, cierra mis oÃdos a toda calumnia, guarda mi lengua de toda maldad. Señor, que todos los que vengan a mà hoy descubran tu presencia.
Cierra mis oÃdos a toda calumnia, guarda mi lengua de toda maldad,
deja que sólo los pensamientos que bendicen habiten en mi mente,
Que sea tan benévolo y alegre
Que todos los que se acerquen a mà sientan tu presencia.
RevÃsteme de tu bondad, Señor, y que a lo largo de este dÃa, te pido.
¡Amén!
Mensaje y enseñanza del dÃa
Pablo escribe: "La fe es la certeza de lo que se espera" (Hebreos 11:1). Nuestros padres lo entendieron, y ayer como hoy, esta fe que mueve montañas es indispensable. Jesús dijo: "Si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: "Muévete", y se moverá" (Mateo 17:20).
La fe de nuestros antepasados conquistó sus montañas, a nosotros nos corresponde hacer lo mismo con las nuestras. Frente a nosotros hay tantas cumbres insuperables que Dios quisiera vernos mover. Sin embargo, cuando dudamos, cuando confiamos en la opinión de otros, cuando no entendemos la Palabra de Dios, nuestra fe se ve afectada y la obra de Dios se ve frustrada.
A pesar de que Jesús les habÃa dado poder, sus discÃpulos eran incapaces de curar a los enfermos, incluido un niño poseÃdo por el demonio, hasta el punto de preguntarse: "¿Por qué no podemos expulsar a este demonio?" (Mt 17,19).
Jesús les responde en tres pasos.
1) Empieza con algo pequeño. Una pequeña semilla de mostaza puede crecer mucho. ConfÃa en Dios para las cosas cotidianas, y cuando él honre esa fe, agradécele y construye sobre esa base.Â
2) Cuida tus palabras. Liberan el poder de la Palabra de Dios y, por tanto, deben alinearse con la Biblia. Debes proclamar tu fe, ¡y las montañas desaparecerán!
3) Obedece a. Algunos picos son obstinados y requieren más oración. Para el niño poseÃdo, ¡incluso requerÃa ayunar! Por eso, cuando nos inclinamos ante la Palabra de Dios, ¡nada se nos resiste!
"El EspÃritu Santo viene en ayuda de nuestra debilidad, porque no sabemos rezar bien. El mismo EspÃritu intercede por nosotros con gemidos inexplicables. Y Dios, que escudriña los corazones, conoce las intenciones del EspÃritu, porque es según Dios que el EspÃritu intercede por los fieles" (Romanos 8,26-27).
Con mucha fe y positividad, escribe diariamente para Oração e Fé, llevando mensajes y enseñanzas divinas a todos.