A poderosa oración para los niños debería ser esencial en la vida de todo padre y madre.

La oración es quizás lo más importante y esencial en la vida de un cristiano, donde se puede disfrutar de la intimidad con Dios.

Hemos estado viviendo en tiempos difíciles, y sabemos por la luz de la biblia que en los últimos tiempos el amor se enfriaría.

Rezar nos acerca a Dios. Es a través de la oración incesante que ponemos nuestra vida en el centro de la voluntad de Dios. Es poniéndose su armadura y rezando sin cesar.

Debemos rezar por todo y por todos, al fin y al cabo somos hermanos y queremos que las bendiciones de Dios caigan sobre todos, especialmente sobre nuestra familia.

La importancia de una oración poderosa para los niños

Sin embargo, es sumamente importante rezar por nuestros hijos: "Levántate, clama en la noche al comienzo de las vigilias; derrama tu corazón como agua ante la presencia del Señor; levanta tus manos hacia él por la vida de tus hijos pequeños, que desfallecen de hambre a la entrada de cada calle". (Lamentaciones 2:19)

Rezar por los hijos puede decirse que es un deber y un compromiso de todo cristiano hacia Dios, para agradecer la oportunidad de ser padre o madre, para pedirle que vele siempre por el bien más preciado, sea cual sea su edad.

Pero, ¿cómo rezar de forma correcta?

La respuesta es simple es literalmente entregar todo a Dios y pedirle que instruya su poderosa oración por sus hijos.

1. Reza por su protección

"Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced el bien a los que os odian y orad por los que os ultrajan y os persiguen". (Mateo 5:44)

Oremos para que el Señor Dios Todopoderoso los guarde y preserve en sus caminos, en el trabajo, en el estudio, en las actividades y en su vida cotidiana. Que sean protegidos de cualquier mal.

Como madres y padres, si pudiéramos estaríamos al lado de nuestros hijos las 24 horas del día. Pero tenemos nuestras tareas, nuestros trabajos, los estudios y a nosotros mismos de los que ocuparnos.

Desgraciadamente, por mucho que queramos, no es posible estar con nuestros hijos las 24 horas del día. Es en este momento cuando nuestra fe entra en acción. Rezar sin cesar por su protección es poner ante Dios la vida, la salud y la protección de tu hijo.

Es confiar en que Dios Todopoderoso, que no duerme, está enviando a sus ángeles con la espada desenvainada para cuidar y velar por la vida de nuestros hijos.

Donde no podemos estar, donde no podemos actuar es el lugar donde Dios en su omnipotencia actúa. Dios es el mejor guardaespaldas que podemos tener para nuestros hijos.

Así que pide cada día al levantarte y al acostarte, que Dios PROTEJA la vida de tu hijo.

2. Agradece la vida de tu Hijo.

Da gracias por la oportunidad de haber dado a luz a una persona que es ante todo un hijo de Dios; agradece la vida de tu hijo y consuélalo ante el Señor cada día.

Sabemos que ninguna oración queda sin llegar al corazón de Dios. Los padres han recibido de Dios la autoridad para cuidar de sus hijos con una gracia especial para cumplir esta misión.

El mayor regalo es la vida. Da gracias cada día por el privilegio que has tenido de dar a luz a tu hijo. Es un regalo en tu vida. Dios nunca deja de escuchar a un corazón agradecido.

Sabed que vuestra gratitud desprende un amor sin igual. "Tú creaste cada parte de mi cuerpo; me formaste en el vientre de mi madre. Te alabo porque eres de temer. Todo lo que haces es maravilloso y lo conozco muy bien. Tú viste cuando se hacían mis huesos, cuando me estaba formando en el vientre de mi madre, creciendo allí en secreto, Tú me viste antes de nacer. Los días que me diste a vivir estaban todos escritos en tu libro cuando aún no existía ninguno". (Salmos 139:13-16)

3. Por la santificación

Por lo tanto, pide por la vida de tu hijo (a), no importa la edad, si es más joven que Dios ilumine su camino para hacer el bien, a los mayores pídeles discernimiento y buenas elecciones para que sigan en el camino divino; "Y a... hijo mío, dale un corazón perfecto, para que guarde tus mandamientos, tus testimonios y tus estatutos; y para que haga todo...." (I Crónicas 29: 19)

Es desde pequeños que debemos enseñarles los caminos del Señor, para que guarden cada palabra en su corazón y teman a Dios. Orar por la santificación y la entrega de nuestros hijos al Señor es esencial para que crezcan en justicia y sabiduría.

4. Reza para que nunca olvide a Dios y sus mandamientos

Reza y entrega siempre todo al padre, pide que tu hijo o hija nunca se olvide de Dios, que rece y esté siempre en la intimidad del Padre.

"Reza sin cesar". (I Tesalonicenses 5:17)

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