Nada mejor para empezar bien el día que rezar unos minutos en silencio, poner a cero los contadores y encontrar la respiración interior. 

Oración del día

Señor, en el silencio de este amanecer, vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza. Quiero mirar al mundo hoy con ojos llenos de amor, ser paciente, comprensivo, amable y sabio, ver más allá de las apariencias, ver a tus hijos como tú los ves, y así ver sólo el bien en todos. 

Cierra mis oídos a toda calumnia, guarda mi lengua de toda malevolencia, deja que en mi mente sólo habiten pensamientos de bendición, déjame ser tan gentil y alegre, que todos los que se acerquen a mí sientan tu presencia, revísteme de tu belleza, Señor, y esto a lo largo de este día te lo revelo. ¡Amén!

Pensamiento y mensaje del día

El mundo puede ser cruel a veces... en dosis personales o incluso a escala planetaria. Para inyectar un poco de dulzura, hemos visto, en los últimos años, un aumento de la benevolencia. Esta predisposición a la bondad y al respeto por los demás implica una apertura de corazón y de mente. De hecho, el diccionario Larousse define la benevolencia como una "disposición de ánimo inclinada a la comprensión, a la indulgencia hacia los demás".

Sin embargo, la realidad es aún más amplia. Puedes ser amable con los demás cuidando de ellos, siendo considerado y respondiendo a sus necesidades, utilizando la amabilidad y la gentileza, y dejando de juzgar. De hecho, nuestras relaciones son mejores, más reales y llenas de respeto. Pero la benevolencia implica una dimensión personal. Tienes que estar contigo mismo. Los mismos principios - amabilidad, respeto, tolerancia, dejar de criticar, etc. - son aplicables a ti mismo. 

La benevolencia: un valioso aliado

Al ser más considerados, nos volvemos más comprensivos y abiertos a las diferencias. Cada uno puede ser quien es sin sentirse ofendido o herido. Al centrarnos en la comprensión y dejar de juzgar, entramos en relaciones más armoniosas. Así que tienes que hacer tu parte.

De hecho, la benevolencia requiere una voluntad, un deseo o una resolución de hacer el bien. ¡Para uno mismo y para los demás! Es una decisión que requiere necesariamente un entrenamiento al principio, porque estamos bastante acostumbrados a caer en juicios, críticas, interpretaciones y culpas. Por lo tanto, debemos aprender a ser benévolos y a pensar de forma diferente. 

Sé más consciente y presente de lo que ocurre a tu alrededor y dentro de ti, escucha más, no tengas prisa, sé considerado, adopta una actitud positiva y valora el bienestar de todos, respetando sus diferencias. Por tanto, la benevolencia puede considerarse una orientación vital que nos ayuda a tomar decisiones para maximizar la felicidad. Y como muchas otras cualidades, ésta no escapa al principio de que cuanto más la usas, más la atraes.