Ser más que un vencedor significa que, incluso antes de que surja un problema, sabes que, pase lo que pase, puedes vencerlo con Cristo. Tienes la seguridad de que Dios te ama pase lo que pase, y que nunca te dejará ni te abandonará. Y cuando se tiene ese tipo de relación con Cristo, no se pasa el tiempo temiendo las malas noticias o lo inesperado. Si sucede lo inesperado o eres víctima de una decepción, no te sentirás desolado.

Cuando eres plenamente consciente de tu identidad en Cristo, sabes que si Cristo mora en ti, no te ocurrirá nada que no puedas superar, porque nada es demasiado difícil para él. (Juan 4:4.)

Oración del día

"Mi alma te pide perdón, querido Dios, en este momento de angustia, por todos los pecados que he cometido.

He fallado en mis acciones y me arrepiento de ellas. De rodillas te pido perdón, querido Señor, espero que en tu infinita misericordia, me perdones.

¡Jesús! Te pido de todo corazón tu presencia en todos los aspectos de la vida, que seas mi guía, para que sea tu digna hija y actúe según tu palabra y tus enseñanzas.

Te pido perdón por todas las veces que he pecado, te pido perdón por las veces que he fallado, conscientemente o no, dame sabiduría para poder aceptarlo y enmendarlo.

Perdóname por todas las veces que no te he honrado como merecías, o te he decepcionado. Tú, con tu infinito amor y misericordia, fuiste capaz de recibirme de nuevo con los brazos abiertos.

Me esforzaré siempre por honrar tu palabra, mi amado Dios, que tu amor sea mi norte y mi guía hoy y siempre, para actuar de forma correcta, según tus enseñanzas.

Amén".

Mensaje y pensamiento del día

Es importante que esta verdad penetre en tu corazón y que te veas más que vencedor en Jesucristo. De lo contrario, Satanás conseguirá desestabilizarte y confundirte y privarte de la victoria. Todo lo que el enemigo busca es matar, robar y destruir lo que Dios quiere que tengas (Juan 10:10). Quiere disminuirte, darte una mente estrecha y hacerte llevar una vida barata.

Pero no tiene por qué ser así. Quien confiesa que Jesucristo es el Señor, se arrepiente de su pecado y entrega su corazón a Dios, se convierte en hijo de Dios y le pertenece. Y en Cristo estamos reconciliados con Dios, somos su justicia y tenemos en nosotros el poder de Cristo para vivir con justicia.

Cuando pasamos tiempo con Dios en la oración y el estudio de la Biblia, recibimos la sabiduría y la fuerza que necesitamos para tomar las decisiones correctas. No sucede instantáneamente, pero cada día que busquemos a Dios de esta manera, progresaremos.

Realmente me gustaría que te dieras cuenta de tu identidad en Cristo como creyente nacido de nuevo. Entonces no te sentirás frustrado ni desanimado, enfrentándote a ataques implacables mientras intentas sobrevivir de alguna manera. Dios quiere darte algo mejor que eso.

Te animo a que descubras quién es realmente Dios. Comprende mejor su carácter y su corazón para ti. Sepa que le ama incondicionalmente. Es bueno. Quiere bendecirte y ayudarte. Cuando conocemos esta verdad, no tenemos que pasar nuestro tiempo dudando y preguntando si Dios se preocupa por nosotros o si nos cuidará.

Cualquiera que sea tu situación hoy, Dios la conoce. Él te ve y escucha el clamor de tu corazón. Y si le entregas tus problemas y haces lo que Él te dice, te beneficiarás de su infinito amor, gracia y poder y saldrás más que victorioso. Porque como es Cristo, así somos nosotros en este mundo.